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VIRGEN DE ITATÍ: SU HISTORIA
Según nos cuenta la tradición, la ubicación definitiva del pueblo lo eligió la propia virgen. Sobre el pequeño pueblo había caído una incursión de indios, que habían robado la imagen. A los pocos días, en una bajada del río Paraná, ésta apareció sobre un islote del río, fuente donde está hoy el pueblo. Con grandes honores la llevaron a su capilla, pero la imagen de la virgen volvió a desaparecer y a aparecer sobre esa piedra, como esto se repitió varias veces las pobladores del lugar entendieron que esa era su voluntad y quería que allí se levantase su capilla y entorno a la capilla el pueblo. El pueblo recibió el nombre de la imagen de Nuestra Señora de Itatí, según la tradición fue traída de una reducción de los indios itatines que habitaban el Guairá. En la lengua guaraní- Itatí- tiene varios significados; algunos traducen: como PIEDRA BLANCA, otro PUNTO DE PIEDRA, también LUGAR DE MUCHAS PIEDRAS.
El Santuario se levanta en el pueblo de Itatí, a orillas del Alto Paraná y a 70 kilómetros de la ciudad de Corrientes, en la República Argentina.
La imagen es una talla de madera, mide un metro veintiséis centímetros de altura. Tiene sus manos juntas en posición de oración, viste un manto azul y túnica blanca.
El 16 de julio de 1900, la imagen de la Virgen de Itatí fue solemnemente coronada, el 3 de febrero de 1910, el Papa Pío X creó la Diócesis de Corrientes, su primero Obispo fue Monseñor Niella.
El 23 de abril de 1918, la Virgen de Itatí, fue proclamada Patrona y protectora de la diócesis de Corrientes. Su fiesta se celebra el 9 de julio.
Las peregrinaciones
Sin duda las peregrinaciones que llegan a Itatí desde distintos lugares del país, son el punto culminante de los festejos. Desde los sitios más alejados llegan jinetes a caballo que hacen cientos de kilómetros con sus animales para llegar al santuario, ómnibus de todas las provincias invaden las calles itateñas. Multitudes a pie, automóviles, vehículos inverosímiles, peregrinaciones en bicicletas, se siguen volcando a los pies de la venerada imagen en los aniversarios de su coronación. Son algo así como una muestra de cariño, como una odisea de fe y una epopeya de amor.
Hoy más que nunca debemos pedir a Nuestra Señora que nos ayude a crecer en una fraternidad de pueblos y a descubrir nuestra vocación de unidad en sabernos hijos del mismo, Dios, Padre bondadoso y de la Virgen, madre amorosa, presente en Itatí.
VIRGEN DE ITATÍ, RUEGA POR NOSOTROS.