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Biblia es una palabra griega en plural y significa: “Libros”. Es la colección de los distintos escritos sagrados del pueblo de Dios, redactados a lo largo de más de 1000 años y en tres idiomas diferentes: hebreo, arameo y griego. Son el testimonio de la fe de Dios. La biblia es el libro más leído del mundo y fue traducido a casi todas las lenguas. Se la llama también: la escritura, así como también antiguo y nuevo testamento, o el libro de la alianza. La traducción argentina de la biblia se titula: El libro del pueblo de Dios.
En este mes, la Iglesia Católica llama a la población a reavivar su compromiso con la Palabra de Dios. Durante todo el mes de septiembre, la Iglesia celebra el mes de la Santa Biblia y presta especial atención a la Palabra de Dios contenida en las Sagradas Escrituras. Para nosotros, los Cristianos Católicos, septiembre es el mes de la Biblia porque el día 30 de septiembre es el día de San Jerónimo, el hombre que dedicó su vida al estudio y a la traducción de la Biblia al latín.
San Jerónimo nació en Yugoslavia en el año 332 y murió en Belén el 30 de septiembre de 420. San Jerónimo tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín. La traducción al latín de la Biblia hecha por San Jerónimo, llamada la Vulgata (de vulgata editio, "edición para el pueblo"), ha sido hasta la promulgación de la Neovulgata en 1979, el texto bíblico oficial de la Iglesia católica romana.
La intención, es que, durante este mes, en todas las comunidades cristianas o grupos familiares, se desarrollen algunas actividades que nos permitan acercarnos mejor y con más provecho a la Palabra de Dios. La palabra de Dios se configura como alimento espiritual para la vida de todo cristiano. Los mensajes, parábolas y vivencias contenidas en la Biblia nos permiten entender y comprender la gran obra de salvación de Jesucristo.
Como dijo el Papa Francisco "Nosotros los cristianos tenemos que tener un único objetivo en nuestra vida de fe y es poner la Biblia en el centro de nuestra vida cristiana para que ella sea una brújula, pero también para que ella sea como la primavera de nuestra vida espiritual, para que ella sea la que nos indique el camino a seguir, pero sobre todo porque como decía San Jerónimo: quien desconoce la escritura desconoce la persona de Jesús".